El ojo de Edipo (de Juan Trigos) fue mi primera obra como directora.
Aún recuerdo la primera vez que la leí. Estaba leyendo varias obras para decidirme por la que montaría y al leer el Ojo de Edipo, comencé a caminar en círculos por la sala de mi casa y lloraba mientras leía en voz alta a cada personaje. Cuando Lorenzo Mijares me preguntaba por qué había elegido esa y no otra; sólo podía decirle: "porque si no la montara, me sentiría mal"
En la obra se decían cosas que yo había sentido y experimentado. No se pongan morbosos!!!!!, no fui abusada por ningún cura, pero si fui víctima del silencio, de la farsa que supone la unión entre familia y educación formal y por supuesto las trampas de la iglesia católica.
Hoy la estreno por tercera vez. Cambios en el reparto y con un sensible aumento del trabajo de filigrana. Es increíble lo que puede crecer una obra, aún sin estarla actuando.
He encontrado muchas cosas más que señalar con la obra. He pulido muchas de las metáforas de movimiento que hay y he acompañado de manera más segura el trabajo de memoria de los actores. Creo que este reparto estrenará mucho mejor preparado y más seguro.
He trabajado mucho más las intervenciones del amigo ciego y del hombre. Y he agregado movimiento a la santa dentro del escenario: bajando y subiendo del pedestal.
Y si ahora alguien me pregunta, porque has re-estrenado esta y no otra; la respuesta es la misma: "porque si no la montara otra vez, me sentiría mal"
Aún recuerdo la primera vez que la leí. Estaba leyendo varias obras para decidirme por la que montaría y al leer el Ojo de Edipo, comencé a caminar en círculos por la sala de mi casa y lloraba mientras leía en voz alta a cada personaje. Cuando Lorenzo Mijares me preguntaba por qué había elegido esa y no otra; sólo podía decirle: "porque si no la montara, me sentiría mal"
En la obra se decían cosas que yo había sentido y experimentado. No se pongan morbosos!!!!!, no fui abusada por ningún cura, pero si fui víctima del silencio, de la farsa que supone la unión entre familia y educación formal y por supuesto las trampas de la iglesia católica.
Hoy la estreno por tercera vez. Cambios en el reparto y con un sensible aumento del trabajo de filigrana. Es increíble lo que puede crecer una obra, aún sin estarla actuando.
He encontrado muchas cosas más que señalar con la obra. He pulido muchas de las metáforas de movimiento que hay y he acompañado de manera más segura el trabajo de memoria de los actores. Creo que este reparto estrenará mucho mejor preparado y más seguro.
He trabajado mucho más las intervenciones del amigo ciego y del hombre. Y he agregado movimiento a la santa dentro del escenario: bajando y subiendo del pedestal.
Y si ahora alguien me pregunta, porque has re-estrenado esta y no otra; la respuesta es la misma: "porque si no la montara otra vez, me sentiría mal"
No hay comentarios:
Publicar un comentario